un ritmo constantemente agradable
un sólo resultado posible,
quizá sólo sea eso la vida.
Quizá la expectativa vicie los actos
dirigiéndolos a lo apetecible
injuriando la realidad inevitable
que por ser ingrata tiende a imponerse
en el inestable marco del desasosiego.
Quizá la esperanza sólo sea eso
un lugar inalcanzable en el horizonte
que se aprecia amplio, bonito … distante.
Humillados ante el esfuerzo que supone alcanzarlo
o por el realizado sin haberlo conseguido
acabamos por otearlo en el conformismo
bailando junto a personas afines
o en la indeseable soledad
en la orilla de la playa
contentándonos en poder mirarlo
y tras un suspiro de impotencia dejar de soñar
aportando a ese mar de melancolía
las propias lágrimas.
Pero esto que siento
no es más que un accidente vital
y no renuncio a continuar
en el empeño de vivir soñando
tras cuidarme de que lleguen
mis esperanzadas lágrimas lloradas
al mismo mar de todos
desde la misma orilla de cualquiera.”
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