“Nadie quiere que la perfección
sea una losa para sí mismo
pero si saber hacer las cosas
y tras ello quede una marca indeleble
de que por allí
uno pasó.
La ejecución perfecta
es propia de puristas y perfeccionistas
pero lo normal es ser contorsionistas
improvisando el siguiente paso
a menos que
como actor que sabe su papel
conviertas tus acciones
en fingimientos, farsas o pantomimas
y tras su perfecta ejecución
hagas llorar o reír según toque
con la única ambición
de que el beneficio y protección del engaño
sea tuyo.”