“Hace tiempo que no sentía
una congoja húmeda
de esas que cierran la garganta
y te invita a llorar balbuceando
ante lo bien que uno se siente.
Hace tiempo que esa intensidad
no la he sentido conscientemente
y fue abrir los ojos
y notarme casi llorando…
Así pues…
superando el sueño y la congoja
me sequé las lágrimas
y me levanté
a escribir este...
no se qué.
Y calenté el café caliente
y endulcé más lo ya azucarado
y no encontraba el pan a descongelar
hasta que dejé de lagrimar
y ahora quedará
como un recuerdo
de algunos de mis tontos
y tantos abducidos despertares.”
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