“De esta constante electricidad
que transportan los sentidos
a través de mi cableado interno,
mas allá de sus extremos finales,
en ese espacio
que por minúsculo es obviado,
allí donde mis sensores acaban
y empieza la realidad,
tengo los sentimientos.
Así es como percibo
porque es ahí donde empieza
el cómo todo me repercute
aunque, siempre, la razón acude,
pretendiendo mediar
entre mi yo y el mundo
con recursos programados.
A menudo, todo lo lían,
porque amalgaman deseo y ejecución
en un intento por encontrar soluciones
que no me anulen, ni me revelen,
para que no deje de tener sentido
ese todo.”
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