"Sentada como acompañante
en vehículo amplio y elegante
mirando por la ventana a su pendiente
toqueteaba observando a las gentes
con mirada entre inquieta y distante.
Circuló el vehículo por delante
mientras yo esperaba al semáforo
y esa mirada quedó fija en ese instante
pues forzada la noté ya que en su fuero
la alhaja era sólo la excusa
por la que captar la sensación transeúnte
en su normal trayecto cotidiano.
Iba relajada, cruzada de brazos
como dando la espalda a su conductor
pero sus pupilas se me clavaron
mientras el rojo paraba mi pasos.
No fue por su belleza, ni por señales
sino porque esa mirada
capturé mientras sucedía
lo que dió sentido a ese momento
sin el cual caería en el olvido
este mágico medio instante.
Algo me dijo, algo importante,
con el lenguaje de las miradas
por lo que yo ahora
gratamente la recuerdo."
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