“Me gustaría
poder ofrecerte mis brazos
como quien acoge sin condiciones
como quien a sus hijos acuna
y con esa infinita ternura humana
mirarte a los ojos
y entre arrullos y caricias
tranquilizar tu alma
que
motivos tiene para estar dolida
y en medio de tus circunstancias
nos ser sólo
una concurrencia oportunista
que intenta
darte un poco del ánimo
que mi alma para ti
desea ofrecerte.”
Dedicado a Encarna Cantalejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.