“Cualquier conclusión vital
es el cúmulo de circunstancias
que a ello conduce,
así que un llanto, una sonrisa,
un gozar o padecer,
son todas cuestiones inevitables
que se han de dar por sí mismas
por conducir a ello el cúmulo de circunstancias
que contienen esa lógica conclusión.
Es como lo que le sucede a una ola
que deposita su espuma en el orilla
así es que la espuma vital nuestra
es aquello a lo que llamamos conclusión.
Sabemos que la ola
nada es sin el agua que la conforma
y la corriente que la mueve
y los obstáculos que la alteran
y el viento que la acaricia o azota
y nada de ello, ella quiere,
pero vemos la ola y su discurrir
y de su muerte la espuma en la orilla
ofrecida al sol y al viento
o la pisada de algún transeúnte
o el advenimiento de otra ola
o todo junto y a la vez y desordenadamente
pero repercutiendo crean otra estela
que diluye y desfigura
de lo que era.”